Escrito por el creador de la serie Dan Fogelman, el final le permitió a Jack (Mello Ventimiglia) resumir los seis capítulos en una sola línea, diciéndoles a sus hijos adolescentes que la vida se trata de “coleccionar estos pequeños momentos”, el tipo de cosas cuyo significado para nosotros a menudo se pierde. perdido en el momento.
Este intercambio capturó la interconexión de todo, y la habilidad avara del programa (después de su aparición como fantasma) para actuar en el pasado, presente y futuro. Y la verdad básica de esto quedó clara en un tranquilo sábado en el que Rebecca habló de no querer ser olvidada, un día que resonó no solo en la vida de su familia inmediata sino en la siguiente generación.
Con la muerte de Rebecca, “This is Us” ha adquirido una calidad francamente espiritual al reforzar la idea de que las personas que amamos y perdemos viven a través de nosotros. Para Randall (Sterling K. Brown), eso queda claro cuando se entera de que va a tener un nieto que su hija pretende llamar como su padre biológico, William (Ron Cephas Jones), en un momento intermedio.
Después de que sus vidas cambien radicalmente por la pérdida de su padre adolescente, la serie puede haber optado inevitablemente por concluir con los hijos de Jack y Rebecca, los “Tres Grandes”, afirmando su compromiso mutuo, al tiempo que insinúa la audaz vida que les espera. —-incluyendo, por si acaso, Randall, la posibilidad de postularse para la Casa Blanca.
Es cierto que hubo algunas decisiones cuestionables, como omitir el elogio de Randall, principalmente para dejar en claro que aunque el discurso continuó en la sala, su pronunciamiento fue solo un borrón para él.
Sin embargo, Fogelman aprovechó este tiempo para enfatizar los intercambios más pequeños y, finalmente, dar una participación a más personajes. Esos descansos incluyeron un intercambio temprano entre los ex Kate (Chrissy Metz) y Toby (Chris Sullivan), lo que confirma que el divorcio no borró la calidez entre ellos; Su tío Nikki (Griffin Dunn) le recuerda a Kevin (Justin Hartley) cómo el hecho de incorporarlo a la familia cambió su vida para mejor.
En el penúltimo episodio, el adorable Doctor Who presentó a los Tres Grandes, interpretado por Gerald McCranie, usó la jerga del béisbol para tranquilizar a Rebecca: “No hay juegos perfectos en la crianza de los hijos. Ni siquiera cerca”.