Gabriel Borick, presidente de Chile, que asumirá el cargo el próximo mes, hizo campaña en una plataforma con un fuerte centro ambiental.
Paralelamente, la Asamblea Constituyente, que está comprometida en la tarea de redactar una nueva constitución, está llevando a cabo propuestas relacionadas. Entre ellos se encuentran propuestas para la nacionalización de los recursos naturales del país y la redacción de los derechos naturales en la Carta Magna. Las propuestas, después de que termine la etapa del comité, deben ser aprobadas por la asamblea en pleno, y la siguiente mitad del proyecto de constitución completo se someterá a votación mediante un voto de salida nacional.
Es probable que una nueva constitución, o más específicamente derechos arraigados, tenga una serie de implicaciones para el gobierno entrante y su agenda legislativa de guerra de izquierdas, y se espera que tenga hilos verdes gruesos. En este contexto, una de las grandes preguntas que se hacen los inversores hoy en día es qué hay en la esquina y cómo pueden cambiar las reglas del juego.
Para explorar estos temas, BNamericas conversó con Fernando Molina, abogado y socio de Grupo Evans, Chile, una firma de abogados que emplea tanto a abogados como a ingenieros. Sus áreas prácticas son energía, medio ambiente y sustentabilidad, minería, derechos de agua y regulación.
BNamericas: La protección del medio ambiente fue un pilar central de la campaña presidencial de Gabriel Borick. ¿Cómo crees que Borick va a cumplir esta promesa y qué desafíos podría enfrentar en el camino?
Molina: El principal desafío del gobierno de Gabriel Borick es abordar el tema ambiental con sentido de urgencia. Debe tomar acciones en respuesta a los efectos del cambio climático, es decir, el problema de estrés de la sequía, la creciente pérdida de biodiversidad y el control de la contaminación, que está afectando los centros urbanos y los ecosistemas vulnerables.
Se trata por supuesto del reconocimiento de proyectos de ley de identidad como la Ley Marco de Cambio Climático y la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. Sin embargo, en el entorno social y ambiental actual, se necesitan decisiones claras y verificables, y las reglas por sí solas no son suficientes.
Lo anterior se puede ver claramente en relación a las tensiones que surgen entre el plan de descarbonización y quienes quieren sacar adelante el cierre. [coal-fired] Las termoeléctricas y los problemas prácticos que ocasiona son la falta de fuentes de energía de carga básica que permitan mantener la matriz energética nacional. Lo mismo puede decirse de las llamadas zonas de sacrificio, especialmente en áreas que han caído por actividades industriales o mineras, y la necesidad de la acción del gobierno se considera esencial.
BNamericas: ¿Cómo cumple con las expectativas de este nuevo gobierno ecocéntrico?
Molina: Como se mencionó, las expectativas son altas porque se esperan cambios en el corto plazo. En este sentido, por ejemplo, la agenda económica circular debe profundizarse y utilizarse de manera efectiva en los próximos años.
Esta urgencia se enfatizará con la obtención de nuevas inversiones y aclarando las reglas para su desarrollo. Por ejemplo, el plan de gobierno del presidente electo Borik esbozaba su intención de estimular la extracción, como la minería, pero con un ‘nuevo enfoque’, más sostenible y ambientalmente responsable. En este sentido, la expectativa se centrará en determinar cómo se traducirá en la práctica la declaración de este propósito. ¿Es posible establecer reglas claras y adoptar decisiones que permitan equilibrar la protección ambiental con el desarrollo de proyectos sustentables? Si es así, inevitablemente incurrirá en algunos costos. Puede haber jugadores que se sientan perjudicados o expectativas, muchas veces desiguales, incumplidas, temas que el gobierno debería investigar y considerar.
Por lo tanto, como se mencionó, se señalarán específicamente los primeros indicios de la evaluación ambiental del proceso de descarbonización y los proyectos de inversión relacionados.
BNamericas: En Chile, detrás del proceso de reforma constitucional, existe un plan para integrar los derechos de la naturaleza a la Carta Magna. ¿Cuáles son las implicaciones de reconocer tales derechos en empresas, por ejemplo, en minería o infraestructura, pensando en desarrollar proyectos en el país?
Molina: El derecho a la naturaleza no es un tema nuevo. Tiene una larga historia y es considerado en varios países como Ecuador, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
Un aspecto fundamental de esta visión es el cambio en la forma en que los humanos interactúan con la naturaleza: la necesidad de considerar la interdependencia del hombre con los objetos simples explotadores o la naturaleza y el valor intrínseco que refleja.
Este nuevo paradigma no es un problema, sino una respuesta a la tendencia moderna del derecho ambiental. Podemos encontrar reglas que comparten los supuestos de este punto de vista, a saber, el derecho a vivir y crecer, proteger especies en peligro de extinción o prevenir la crueldad animal, es decir, reconocerlos como seres sintientes que deben respetarse. En este sentido, los derechos sobre la naturaleza no significan que la naturaleza goce de los mismos derechos que los humanos. Es protegerlos para asegurar su supervivencia y crecimiento.
La dificultad surge si esta regulación no es clara o busca evitar la explotación de recursos naturales similares a la base de ingresos de Chile. En última instancia, las consecuencias de su dedicación final dependen de su profundidad y propósito. Quienes no definan claramente sus límites o no tengan derecho a interponer acciones en nombre de la naturaleza, seguramente aumentarán significativamente las acciones judiciales en relación con temas ambientales.
Otras fórmulas jurídicas que encarnan esta nueva forma de entender la relación entre el hombre y la naturaleza están actualmente en discusión en el proceso constitucional -más allá de una visión meramente útil- de no reconocer derechos sobre la naturaleza. Por ejemplo, el llamado concepto de protección de la naturaleza proponía que el Estado debía asumir la carga de esta protección, la cual debía ser preservada y mantenida para el bien común de las generaciones presentes y futuras; Todas las ideas se incorporan a las nuevas tendencias del desarrollo sostenible.
BNamericas: En materia regulatoria, ¿cree que el medio ambiente, por ejemplo, el nuevo gobierno traerá cambios más importantes que una nueva constitución o viceversa?
Molina: Me parece que el cambio principal puede aparecer en el texto de la nueva constitución más que en el gobierno. Si la nueva constitución no logra combinar armónicamente la protección del medio ambiente y el desarrollo económico -y este último requiere compromisos- tendrá consecuencias apropiadas a los ojos de la gestión ambiental.
No está a la altura de las altas expectativas del gobierno electo, que debe demostrar medidas efectivas destinadas a proteger el medio ambiente y garantizar la claridad en las reglas para promover nuevas inversiones.
BNamericas: ¿Cree que al sector privado le importa el nuevo gobierno y el proceso de redacción de una nueva constitución y las nuevas reglas del juego para el país? De ser así, ¿tendrá esta incertidumbre un impacto real en los planes de inversión? Por ejemplo, ¿hay empresas en modo ‘esperar y ver’?
Molina: De hecho, existen cambios apropiados y potenciales que pueden crear incertidumbres, lo que hace que las inversiones sean vulnerables. Así lo demuestra el hecho de que en 2021 se marcaron récords en fondos mutuos en la moneda internacional, y también hay investigaciones que confirman el flujo de capitales.
Ahora bien, es común que el proceso de cambio profundo se combine con la ocurrencia de otros factores fuera del ámbito legal, como epidemias y situaciones de conflicto internacional.
Desde este punto de vista, las señales que brinde el futuro gobierno son importantes para garantizar la estabilidad económica y regulatoria del país. Por ejemplo, nombrar al titular del Banco Central en el Ministerio de Hacienda y otros expertos en puestos clave en el Ministerio del Medio Ambiente, como Misa Rojas.
De igual forma, es importante mostrar cómo se desarrolla el proceso constitucional y dar muestras de respeto al estado de derecho y garantías mínimas.
BNamericas: ¿Qué puede decir sobre los cambios regulatorios o normativos recientes, por ejemplo, un cambio en el código de minería?
Molina: Una firma de abogados compuesta por abogados e ingenieros dedicados a asuntos ambientales y energéticos, particularmente aquellos que afectan a grandes proyectos energéticos, mineros e industriales, estamos siguiendo de cerca los cambios regulatorios recientes y futuros.
Es difícil elegir uno. Creo que el cambio del código minero muestra cierta tendencia a acabar con la especulación minera, más allá de algunas carencias. En el campo del medio ambiente, vemos que las regulaciones avanzan en la dirección correcta para abordar temas como el cambio climático, la biodiversidad e iniciativas clave para un país sostenible, como la ley de plástico de un solo uso, la ley de responsabilidad extendida del fabricante. E impuestos verdes, pendientes de cambio de regulación relacionados con otros.
Todos los cambios significan un cambio en la visión de país y se preocupan por convertir el derecho chileno a los estándares internacionales, con énfasis en el desarrollo sustentable. Lo que está claro es que el país está pasando por cambios profundos. Lo importante es anticiparse a ellos para afrontarlos de la mejor manera posible.
BNamericas: ¿Qué cambios regulatorios necesita Chile en materia energética, ambiental y de recursos naturales?
Molina: Me parece importante darle la mayor urgencia al Proyecto de Ley Marco de Cambio Climático y al Proyecto de Ley de Establecimiento del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas.
Otro punto relevante es la modernización del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, que nos permite generar con mayor certeza los requisitos que deben cumplir los proyectos de inversión en nuestro país. Esta es una tarea pendiente; Los gobiernos anteriores no han logrado modernizar esta herramienta.
Finalmente, la agenda pendiente no pudo abordar temas y emergencias que reflejan la contaminación. Por ejemplo, en una estructura organizacional ambiental peligrosa que no puede hacer frente de manera efectiva a las llamadas zonas de sacrificio, refleja una falta de herramientas que permitan la integración integral de herramientas técnicas efectivas, una adecuada participación y gobernanza en los procesos de toma de decisiones. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de una nueva estructura organizativa para abordar estos problemas.
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