En medio de un caótico viaje en tren de varios días a través del país hasta la ciudad noroccidental de Lviv, cerca de la frontera de Ucrania con Polonia, Marina se dio cuenta de algo terrible.
La cuidadora de 54 años, que logró evacuar un orfanato en una ciudad industrial sitiada en la provincia oriental de Luhansk, no tenía forma de regresar con su familia.
Marina, que no dio su apellido, todavía se tambaleaba por el vuelo, pasando los días tratando desesperadamente de calmar a los niños aterrorizados a su cuidado en un contexto de estruendos y temblores. El brutal ataque de RusiaMientras ella todavía teme por su familia en casa.
“Y ahora estoy sola”, le dijo Marina a CNN desde una guardería convertida en refugio en Lviv, donde ha estado viviendo con niños de un orfanato en el extranjero. “Dejé a mis hijos (adultos) para salvar a los niños en el orfanato”.
CNN no ha publicado el nombre completo de Marina debido a los riesgos para su familia no evacuada.
Familias separadas: La desintegración de las familias forma la base de muchas historias de desplazamiento en Ucrania, donde millones de personas están atrapadas en ciudades sitiadas sin casi ninguna salida.
Varias personas con las que habló CNN en los últimos días dijeron que no habían podido contactar a sus seres queridos desde el comienzo de la invasión. Describieron casos de fugas frenéticas de las ciudades más afectadas del país, dejando atrás a padres, cónyuges, hermanos y abuelos.
Cuando el ataque ruso destruyó las redes eléctricas y telefónicas, ciudades enteras quedaron aisladas del mundo exterior. Muchos dicen que no saben si su ser querido todavía está vivo.
“No entiendo por qué el gobierno no trató de evacuarnos antes de que comenzara la invasión”, dijo Marina. “No quiero culparlos. Sin embargo, no puedo evitar pensar que mi situación podría haberse evitado”.
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